viernes, 3 de julio de 2015

Monte Nokogiri

Hola a tod@s!!

Se acerca el verano (aunque aquí llevamos unos días con lluvia) y que mejor que.... escribir una entrada de finales de verano, DEL AÑO PASADO!

Pues bien, rondaba un final de verano del 2014 y yo había quedado con Alba para ir a visitar Nokogiri, pero Alba se puso enferma en el último momento y el plan se canceló, o no, tenía el día libre y pensé "por mis huevos que voy", y así fue.

Tengo que decir que el trayecto fue una agonía. Casi 2 horas y media en tren SOLO, si no fuese porque tenía que cambiar de tren en 2 ocasiones habría intentado dormir.

Pero bueno, tras una larga agonía por fin llegué a Hamakanaya, que es el nombre que recibe la estación y el pueblo que está al lado del Monte Nokogiri. La verdad es que es el típico pueblo pesquero que puedes encontrarte en cualquier parte del mundo. Es un pueblo agradable, en el que, independientemente si te gusta o no, te puedes relajar.

Desde la estación hay unos 8 minutos caminando por el pueblo hasta llegar el teleférico que te lleva hasta arriba. En realidad no es que sea muy alto, pero no me apetecía coger el sendero que había, hacía calor y estaba solo (viva la vagancia XD)

Os dejo algo de información sobre el Monte Nokogiri:

Nokogiri-yama literalmente significa "Monte de la Sierra" y ha sido objetivo de varios estudios geológicos por la forma de sus laderas. 
En la cima podemos encontrar un templo conocido como Nihonji, cuyo camino de acceso al templo es el más largo en Japón con 2639 escalones. Y también, la campana en el templo es un patrimonio cultural importante de Japón. 
También hay una roca que sobresale de la montaña que es una atracción turística (yo no subí, había mucha cola) llamada Jigoku Nozoki (mirar al infierno). 
Podemos encontrar una estatua de Buda de 31.05m (lo que la sitúa como como la estatua de buda sentada más alta de Japón), que construida en 1783 y reconstruida hasta en 4 ocasiones. 
Otra de las atracciones turísticas que podemos encontrar, son las 1500 figuras de piedra budistas esculpidas por Jingoro Eirei Ono desde 1779 hasta 1798. 
Y para finalizar, otra escultura, pero en esta ocasión tallado en la pared. Se trata de una figura de Buda tallado en el 1963 y dedicada a los soldados fallecidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Resumiendo, pese a la tortura que supuso ir yo solo en tren, tengo que decir que me encantó. En serio, si alguien me dijese de volver a ir (acompañado) sin duda iría. No es solo las atracciones turísticas que hay para ver, si no el entorno, donde se respira paz y tranquilidad por todos lados (menos cuando pasa algún niño corriendo y gritando, pero solo dura un momento XD). Además, el camino transcurre a lo largo de la montaña, y a ambos lados puedes ir viendo las figuras de Buda, lo que hace que no se haga pesado y repetitivo. Y no puedo olvidarme de comentar que desde arriba tienes unas buenas vistas de la costa, dignas de ser observadas.

Por cierto, posteriormente me enteré de que hay otra ruta en ferri, el precio es aproximado y dura un poco menos, así que ya sabéis, si tenéis pensado ir, no hagáis como yo y coged el ferri XD.

Os dejo con algunas fotos, nos vemos!!



















































3 comentarios:

  1. Impresionante!!!
    Veo que en Japón, la tradición les impide actualizar y modernizar los edificos de las estaciones de los trenes, que siguen siendo los mismos, bien mantenidos, que cuando los contruyeron antes de la 2GM. Curioso, curioso...

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  2. Hay una publicacion del New York Times justamente dedicado a como ellos han sabido preservar este inmenso patrimonio de los ferrocarriles!

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